La verdad sobre el COVID-19 en la ropa de segunda mano. 

Es normal preguntarse si es seguro comprar y usar ropa de segunda mano durante esta pandemia. Muchos deben estar preguntándose "¿Se puede propagar el virus a través de la ropa?" La Oficina de Reciclaje Internacional argumenta que es poco probable que la ropa de segunda mano pueda infectarse con el coronavirus. Hay muchos factores que aseguran que el virus no se propague a través de la ropa; incluida la cantidad de tiempo que el virus puede sobrevivir fuera del cuerpo y los procedimientos de descontaminación vigentes.

El virus solo puede sobrevivir desde un par de horas hasta 72 horas fuera del cuerpo, incluso en superficies duras. Con la investigación conocida, se puede suponer que el virus puede sobrevivir en la ropa hasta 24 horas. Sin embargo, la cantidad de tiempo que tarda la ropa de segunda mano en llegar a sus mercados finales es mayor que la cantidad de tiempo que el virus puede permanecer fuera del cuerpo. Según la evidencia disponible, es muy poco probable que el virus pueda transmitirse a través de la ropa. Dicho esto, para la tranquilidad de cada individuo, se recomienda lavar la ropa antes de usarla.

Desde mucho antes del brote de COVID-19, las tiendas de segunda mano han tomado medidas para mantener un ambiente limpio y saludable en sus instalaciones. Durante esta pandemia, estos procedimientos se han intensificado. A medida que las tiendas de segunda mano comienzan a abrirse en todo el mundo, han implementado nuevos protocolos para garantizar que el virus no se transmita a ninguna de sus partes interesadas. Por ejemplo, la ropa recogida de los contenedores suele permanecer 72 horas en los remolques antes de llegar al almacén. Asimismo, las tiendas de segunda mano desinfectan el lugar de trabajo varias veces al día, todos los empleados utilizan mascarillas y guantes de protección, y aseguran el distanciamiento social estableciendo un aforo máximo dentro de sus instalaciones. 

Con todo, la industria del reciclaje ha trabajado muy duro para adaptar sus procesos a todos los desafíos que ha presentado COVID19. Como consumidores, tengamos en cuenta que no corremos riesgos cada vez que compramos productos de segunda mano, pero estamos ayudando a construir una economía verde en el mundo.